ORIENTACIONES PARA LA ADAPTACIÓN A LAS FAMILIAS
LA ADAPTACIÓN EN SACAPUNTAS. Lo que tenemos que saber
POSIBLES DUDAS
¿Se quedará contento/a? ¿Sabrá la educadora o el educar lo que mi hijo/a necesita? ¿Le harán daño los demás niños? ¿Comerá? ¿Podrá dormir si yo no estoy?….
Sin duda, éstas y otras preguntas resultarán familiares a todos los padres que “sufren” el período de adaptación de sus hijos en la Escuela Infantil.
Para que esta etapa transcurra felizmente, es fundamental que las familias sepan qué les está pasando a sus niños y entiendan el porqué de sus conductas. Por ello trataremos a continuación de aclarar algunos aspectos.
¿QUÉ ES EL PERÍODO DE ADAPTACIÓN? Podríamos decir que el período de adaptación es el tiempo que cada niño necesita para sentirse seguro y confiado en su nuevo entorno, hasta llegar a aceptar voluntariamente la situación.
Durante ese tiempo, el niño debe elaborar la dificultad de separarse cada día de sus papás/mamás; tiene que aprender a reconocer la Escuela como un lugar seguro en el que se sienta protegido; tiene que adaptarse a nuevos horarios, niños desconocidos, personas diferentes, otras comidas, otras normas…
El niño comienza a ampliar su conocimiento del mundo y seguramente, por primera vez en su vida, deberá enfrentarse a una nueva situación, a solas con sus posibilidades, sin que sus familias estén presentes. Ante esta circunstancia, no es de extrañar que los niños experimenten sensaciones de inseguridad, abandono o desprotección.
CAMBIOS CONDUCTUALES
Como consecuencia de lo anterior, durante los primeros días, es posible que los niños modifiquen algunas de sus conductas. Lo más frecuente es que se muestren más llorones, nerviosos, que presenten alteraciones del sueño, cierta agresividad o cambios en los hábitos de alimentación. Todo ello es normal. Los niños todavía no tienen suficientes recursos expresivos, no hablan y sólo pueden expresarse con los medios que tienen a su alcance, sobre todo el llanto. Algunos niños lloran poco, pero se muestran retraídos, aferrándose fuertemente a la persona que va a llevarlos o recogerlos, y desarrollan conductas temerosas ante los extraños. Igualmente están expresando a su manera, la inseguridad que viven en esos momentos.
¿QUIÉN SE ADAPTA?
Todos: niños, familias e, incluso, educadores. La actitud de las familias es decisiva en este período. Sus temores, expectativas, seguridad o inseguridad en la Escuela elegida, y la confianza en las posibilidades del niño, van a determinar en gran medida la adaptación.
En este sentido juega un importante papel la culpa que generan muchos padres que, de alguna manera, sienten que están abandonando a sus hijos. Algunos perciben que cuando van a recoger a su hijo éste no les mira o no quiere jugar con ellos. Nada más lejos de la realidad. El niño está deseando reencontrarse con su familia y para él, igual que para ellos en los primeros días, éste será el mejor momento de la jornada. Es posible que el niño esté cansado, o que tenga ganas de llegar a su casa donde se siente seguro…, cualquier cosa antes que pensar que el niño dedica a sus padres miradas de reproche o conductas “rencorosas”. Los niños pequeños no hacen esas cosas y no se puede adjudicar una actitud adulta a los procesos infantiles.
Cuando los padres llevan a sus hijos a la Escuela Infantil, deben pensar que están haciendo lo mejor por ellos. Les están ofreciendo posibilidades de socialización, de interacción con otros niños y adultos. Les introducen en un mundo que les ayudará a procesar y elaborar el egocentrismo propio de los niños pequeños, en el que apren- derán rutinas y normas que favorecerán el desarrollo de su autonomía y contribuirán a la formación de un autoconcepto positivo. Si, por el contrario, los padres viven la escolarización como un proceso angustioso, generador de culpa y ansiedad, no hay duda que transmitirán al niño sentimientos de inseguridad y abandono que no harán más que dificultar su adaptación.
Es fundamental que los padres tengan confianza plena en la Escuela que han elegido para sus hijos y mantengan contacto frecuente con las personas que la integran, sobre todo con aquellas que mantienen una relación más cercana con el niño.
Es bueno que en casa se hable sobre la Escuela, los otros niños, las educadoras, pero, en el caso de niños que ya han adquirido el lenguaje, no hay que agobiarles con preguntas. Se puede hacer algún comentario, pero hay que respetar los silencios de los niños, si los hubiera. Ya hablarán ellos cuando lo necesiten.
Desde la confianza en que estas pautas puedan resultar de utilidad, os deseamos a todos una feliz estancia en Sacapuntas.
PAUTAS GENERALES DE LA ADAPTACIÓN. Lo que aplicaremos
-Durante el período de adaptación, en la medida de las posibilidades particulares, es conveniente que sean los padres/madres quienes lleven y recojan a los niños. La presencia de papá o mamá ofrece seguridad.
- No caer en la tentación de no llevarle a clase algún día. Respetar al máximo los horarios y rutinas de la escuela. La continuidad favorece a una mejor adaptación y a una adaptación más rápida.
. En la entrada al aula, ya que podemos permanecer de 5 a 10 min en ella, podemos aprovechar para conocer los espacios, conocer y conversar con los otros niños y sus familias, tratar de comunicarnos con los educadores del aula, proporcionando información esencial para el día, en definitiva adquirir más seguridad y confianza como adultos y así poderla transmitir a vuestro hijo/a.
- A la salida del aula, la despedida debe ser breve. Un besito y un “hasta luego”, acompañados de una sonrisa y una expresión serena, es suficiente. Las despedidas interminables, los consejos y recomendaciones de última hora, quedarse mirando cómo el niño se va…, no consiguen más que hacer la despedida mucho más difícil.
- No hay que hacer ni decir nada que pueda hacer pensar al niño que el ir a la Escuela es algo opcional.
- El chantaje afectivo: “Si lloras, mamá se va muy triste”, hace mucho daño a los niños. El niño no llora porque quiere y si le culpabiliza de la tristeza de mamá, se sentirá muy mal.
- Las mentiras: “No me voy, sólo me quedo detrás de la puerta”, consiguen que el niño se sienta peor y genere desconfianza, a la vez que el adulto pierde credibilidad y autoridad.
- Si se considera necesario, es bueno que el niño lleve algún objeto de apego de casa: un osito, una sabanita, un muñeco. Le ofrecerá seguridad.
- Durante el período de adaptación, hay que posponer cualquier cambio en la vida del niño: retirada de chupete, de pañal, cambio de habitación, pasar de la cuna a la cama…
- Es conveniente mantener un contacto estrecho con la Escuela, comunicando cuantos aspectos se consideren necesarios y escuchando los comentarios que la Escuela ofrezca a los padres. Compartir información favorece el éxito del proceso. Durante la primera semana de adaptación, las familias tendrán una entrevista personal con las familias en horario escolar.
- Llorar es una forma de expresión en los niños y como tal debe ser entendida. Hay que permitir al niño que manifieste su malestar, mostrando comprensión y ofreciendo alternativas.
ESPERAMOS QUE ESTAS INDICACIONES OS SIRVAN PARA PODER AFRONTAR LA ENTRADA A NUESTRO CENTRO.
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